viernes, 1 de marzo de 2013

Poético sinsentido


He decidido hacer una cosa, quizá no te guste, pero no estaba pensando en ti cuando mi cabeza maquinaba. Sólo importa ya el bien común, los niños que mueren de hambre, las madres que mueren de dolor, los dioses despreocupados y los mortales medicados, seres desesperados sin moderación.
Empecé entonces a pensar, con esta nube tóxica sobre mi cabeza, granada de humo que no deja ver nada a mis neuronas, ni a mi corazón, ni a mis ojos… Nada. Una oscuridad tan absoluta, tan devastadora. Se derrumbó todo, ni un ladrillo en pie, adiós a los rascacielos que llegaban hasta las húmedas nubes. Ahora tendremos que conformarnos con el infierno, caliente, caluroso, cálido, confortable.
Y ya no habrá más hielo blanco, ha sido derretido por el fuego, las cenizas inmóviles en el suelo, el aire desaparecido. Y no hay tormentas, ni lluvias, ni agua que combata este desierto plagado de horrores, este Edén de los pecados que yo he preferido antes que el cielo. 

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