miércoles, 18 de abril de 2012

Lluvia

Comienza a llover.
Lo oigo. Luego lo veo, por la ventana abierta. Más tarde lo siento, cuando me asomo, en la piel. Lo huelo con la nariz, que se ve atrapada ante la fragancia fresca, húmeda.
Cojo el paraguas y salto.

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